¿Cómo llamas a la «Y»?

 

 La denominación oficial de «y» es ye, y no «y griega». De repente, ojos asombrados me miran y veo en ellos la pregunta ¿por qué?.

Y esa no es la única sorpresa. Solo ya no lleva tilde, ni tampoco guion o truhan. Y, definitivamente, este, ese, aquel también pierden su tilde

¿Por qué? Pero… ¿Se ha vuelto loca la RAE?

La verdad es que no. Todo esto no es fruto de una revolución dentro de la Academia, sino de una natural evolución del idioma, la cual tiene un objetivo fundamental: armonizar todas las grafías y sonidos.

De hecho, en sus casi trescientos años de historia, la Real Academia Española ha llevado a cabo una meritoria labor dirigida a simplificar de forma progresiva nuestra ortografía, de la que había muchas variaciones a comienzos del siglo XVIII (fíjate, sin ir más lejos, que la primera edición de la ortografía académica, publicada en 1741, llevaba por título Orthographía española).

En la actualidad la ortografía del español pasa por ser una de las más sencillas y racionales del mundo, con la ventaja añadida de que disponemos de una misma ortografía para los veintiún países de habla hispana.

Incluso hay teóricos que van mucho más allá. ¿Te acuerdas de Juan Ramón Jiménez? Él, y otros, proponía simplificar mucho más nuestro idioma:

Se me pide que escriba algo en «Universidad» sobre mis ideas ortográficas; o mejor dicho, se me pide que esplique por qué escribo yo con jota las palabras en “ge”, “gi”; por qué suprimo las “b”, las “p”, etc., en palabras como “oscuro”, “setiembre”, etc., por qué uso “s” en vez de “x” en palabras como “excelentísimo”, etc.
 Primero, por amor a la sencillez, a la simplificación en este caso, por odio a lo inútil. Luego, porque creo que se debe escribir como se habla, y no hablar, en ningún caso, como se escribe. Después, por antipatía a lo pedante. ¿Qué necesidad hay de poner una diéresis en la “u” para escribir “vergüenza”? Nadie dice “excelentísimo” ni “séptima”, ni “transatlántico”, ni “obstáculo”, etc. Antiguamente la esclamación “Oh” se escribía sin “h”, como yo la escribo hoy, y “hombre” también. ¿Ya para qué necesita “hombre” la “h”; ni otra, “hembra”? ¿Le añade algo esa “h” a la mujer o al hombre? Además, en Andalucía la jota se refuerza mucho y yo soy andaluz .[…]

Te propongo, además, que veas este vídeo. Seguro que te quedará todo más claro. Aunque, como a mí, te entre un poco de nostalgia de llamar a la Y «y griega»

http://www.rtve.es/alacarta/videos/informe-semanal/informe-semanal-ortografia-algo-ligera-tildes/968059/

 

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